«Devoción a la Virgen de la Soledad en la ciudad de Palma» - Juan Soria Charneco
DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD EN LA CIUDAD DE PALMA
1.
Origen
de la advocación
Virgen de la Soledad de Gaspar Becerra (1565) Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_de_la_Soledad |
Con la aprobación real, finalmente se optó por hacer una copia de bulto para poder sacar la Imagen en procesión. Así fue como se encargó el trabajo al escultor de la corte, Gaspar Becerra (1520-1568). Se cuenta que dicho escultor llegó a hacer varios intentos —esculpiendo la cabeza de la talla como muestra— y que los primeros fueron rechazados por la reina, creyendo que no eran dignos para representar el sufrimiento de la Virgen. Finalmente, se obró el milagro. Becerra tuvo una revelación que le animó a sacar un tronco que ardía en la chimenea, para tallar en él la versión definitiva de la Imagen. Así fue como surgió la talla de la Virgen de la Soledad.
Retrato de Mariana de Austria de Juan Bautista Martínez del Mazo Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Juan_Bautista_Mart%C3%ADnez_del_Mazo_-_Retrato_de_do%C3%B1a_Mariana_de_Austria.jpg |
2. Los
Mínimos en Mallorca
El culto a
la Soledad de María, llegó a nuestra isla de la mano de los frailes Mínimos, a
principios del año 1582, casi dos décadas después de la creación de Becerra.
Una vez el P. Francisco de Ledesma tuvo autorización del Provincial de Cataluña
para establecerse en Mallorca, él mismo y otros tres frailes viajaron a la isla
para instalarse aquí.
En un primer
momento, y tras aprobación del Gran i General Consell, les fueron
concedidos unos terrenos con iglesia en la zona de Porto Pi. Pronto levantaron
un modesto convento junto a aquel pequeño oratorio de Sant Nicolauet —hoy
dedicado a Sant Pere Claver. Los jurados pusieron como condición que, si
los frailes abandonaban aquel lugar, debían restituirlo todo al dicho Consell.
Antigua iglesia de Sant Nicolauet (hoy de Sant Pere
Claver) primer lugar
de los Mínimos en Mallorca Fuente: Google Maps |
Pusieron
este oratorio bajo la advocación de su patrona, la Virgen de la Soledad, hecho que,
con el tiempo como se verá, dio nombre a aquel barrio tal y como lo conocemos
hoy. Parece que aquellos primeros Mínimos ya trajeron una copia de la Virgen de
la Soledad de Becerra, según apuntan autores como el P. Fermín Labarga o el P.
Florencio Rodríguez —véase la bibliografía para remitirse a sus obras. Dato que
se confirma también en artículos de prensa como el del Católico Balear
de fecha 20 de agosto de 1891, cuyo autor que no firma, nos dice que los
frailes llegaron allí «colocando en el altar principal de la capilla, la
devotísima imagen de Nuestra Señora de la Soledad que traían con ellos del
continente». Sin embargo, todavía no hemos podido confirmar si es alguna de las
tallas de la Soledad vinculadas a los Mínimos que existen actualmente en
nuestra la isla, o si esa Imagen desapareció entre traslados. Otras fuentes
dicen que lo que hubo en el oratorio del camino de Manacor, fue un cuadro de la
Soledad.
Ubicación del primer convento de Ntra. Sra. de la
Soledad en el camino de Manacor Fuente: 'La Soledad. I centenario del templo parroquial' de Juan Vidal Ollers |
Tampoco fue
aquel lugar propicio para los frailes, dada su insalubridad, pues enfermaban e
incluso morían a causa de las aguas estancadas del Prat de Sant Jordi —todavía
sin desecar. Así decidieron trasladarse de nuevo a otro lugar de la capital en
1585. En esta ocasión pasaron a una casa en la Costa de la Seu, ya intramuros
de la ciudad, que era propiedad del carpintero Raimundo Estada. Esta nueva
ubicación les creó un litigio con los dominicos del cercano convento de Santo
Domingo, del que parece salieron airosos, pues consiguieron permanecer en aquel
enclave, en el que todavía hoy el nombre de alguna calle como la C/ Soledad,
nos recuerda su estancia allí. En cuanto al oratorio del camino de Manacor,
parece que dejaron ahí «una devota imagen de Nuestra Señora de la Soledad»
—según la revista El Católico balear, número 233 de 1891. Como se ha
dicho, no tenemos claro si por «imagen» se refieren las fuentes a una talla o a
un cuadro de la Virgen.
En la actual
Pl. de la Reina, fueron levantando los Mínimos una iglesia —comenzada su
construcción en 1596— con capilla de Ntra. Sra. de la Soledad, y el convento dedicado
a San Francisco de Paula —terminado en 1680—, que acabarían ocupando toda la
manzana de lo que hoy son los jardines de dicha plaza. Aquí existió cofradía
dedicada a la Virgen de la Soledad, con cuya Imagen Titular se hacía el Viernes
Santo —desde 1713— una muy concurrida procesión a la que asistía la alta
nobleza y que recorría las calles aledañas al templo —remito al artículo de
Pedro Angulo en este blog, para conocer más detalles sobre la misma. Según la
crónica de 1709 del P. Juan Nicolau, también había en San Francisco de Paula una
segunda Imagen de la Virgen que se usaba para las procesiones que se hacían los
cuartos domingos de cada mes, quedando la Titular solo para las funciones de
Semana Santa y procesiones de rogativas.
Ubicación del convento de San Francisco de Paula e iglesia de Ntra. Sra. de la Soledad en el plano de J. Canoves de 1726 (actual jardines Pl. de la Reina) |
Tras el de Palma, que quedó como casa principal —y habiendo fundado en 1584 el de Muro— los Mínimos fundaron otros conventos a lo largo de la isla: Campos (1607), Sineu (1667), Santa María (1682). En todos ellos tuvieron una Imagen de la Virgen de la Soledad, que todavía hoy se venera recordando el paso de aquellos frailes por nuestra isla —remito al artículo de Guillem Roser en este blog para conocer más detalles.
En lo que se
refiere al convento de la Soledad extramuros donde se habían instalado
en 1582, dados los problemas de salubridad citados, sus pocos moradores pasaron
de allí al de San Francisco intramuros, en 1586. Por orden del
Provincial, volvieron a establecerse allí ocho frailes en 1596. Pero teniendo
los mismos problemas, finalmente en 1665 pasaron a una casa cercana a la Porta
de Sant Antoni de Palma, «junto a la cruz de piedra llamada d’en Clapés»
y se ordenó el derribo del convento del camino de Manacor —quedando en pie solo
el oratorio de la Soledad con la «imagen» de la Virgen. En la nueva ubicación
cercana a la muralla, tampoco notaron los religiosos mejoría en su salud —si
bien conseguían grandes limosnas—, por lo que ya en 1682 pidieron pasar a la
villa de Santa María y se demolió también el convento cercano al recinto
amurallado de Palma, quedando solo como casa en la ciudad, el convento de la
actual Pl. de la Reina.
3. Desamortización
de 1835
Las
políticas liberales del S. XIX, llevaron a la expropiación y subasta de muchos
bienes que eran propiedad de la Iglesia. Hubo dos leyes que destacaron en la
labor desamortizadora: la de Madoz de 1820 —anulada en 1823 tras el fin del Trienio
Liberal— y la de Mendizábal de 1835 que supuso el golpe definitivo a muchas
órdenes religiosas. En nuestra isla, de los cuarenta y tres conventos que
había, se aplicaron las leyes desamortizadoras a treinta y tres de ellos. Por
lo que muchos religiosos tuvieron que abandonar esos edificios conventuales, que
se destinaron a otros usos o incluso, se derribaron, desapareciendo para
siempre.
4. La
parroquia actual y el derribo de Miñonas
Con el derribo del convento de San Francisco de Paula y su iglesia anexa, la principal devoción a la Virgen de la Soledad se llevó, como se ha dicho, al cercano oratorio de Miñonas. El culto a la Soledad de María, existía en otras parroquias, generalmente solo como acto litúrgico principal del Viernes Santo. Si bien, algunos templos tenían para esos actos su propia Imagen de la Soledad —en su mayoría costeada por algún devoto, religioso o familia noble—, fue la Imagen venerada en el oratorio de las niñas huérfanas la que siguió concentrando el culto principal de esta advocación por estar vinculada a los frailes Mínimos. No obstante, la Virgen ya no participó más de procesiones públicas y quedó allí solo expuesta a veneración para los devotos.
En cuanto a la casa conventual extramuros, por las inconveniencias ya dichas, había sido demolida en 1665, manteniendo solo la función del primitivo oratorio con la «imagen» de la Soledad. Hasta allí dicen las fuentes que en las primerías del s. XIX, peregrinaban muchos palmesanos, y se detenían forenses que venían a los mercados de la capital, para rezar a la Virgen; además de celebrarse su fiesta anual con gran participación.
Pero unas
fiebres palúdicas asolaron a la población de aquella zona, y ese oratorio
terminó también por abandonarse. Así encontramos que ya en 1880, el
Ayuntamiento pedía al Obispado que interviniera por el estado ruinoso que tenía
aquel edificio. El Obispado actuó, y ordenó su derribo, desapareciendo así la
primera iglesia dedicada en Palma a Ntra. Sra. de la Soledad. Tampoco mantuvo
la Orden la propiedad de ese solar, que finalmente —y dado su abandono— terminó
por venderse en 1886. Las fuentes nos cuentan que, de la presencia de los
Mínimos en aquel punto del camino a Manacor, solo quedó durante algunos años
una alta palmera, que hoy ya tampoco existe. La «imagen» de la Soledad que allí
había, se tuvo que rescatar por el estado ruinoso del oratorio.
Antigua postal de la parroquia de La Soledad en
‘Librería Escolar’. Fuente: Biblioteca Lluís Alemany |
Fue en esas mismas fechas cuando se recuperó e instauró cerca del mismo lugar, no muy alejada de ese antiguo oratorio desparecido, el culto a la Soledad de María. Así, por intercesión del rector de Santa Eulalia, el P. Bartolomé Castell, en 1884 se comenzó a levantar la actual parroquia —de estilo neogótico proyectada por Pedro de Alcántara Peña— dedicada a la Titular de los frailes Mínimos, siendo bendecida ya una primera parte con el presbiterio, en septiembre de 1885. Fue ese mismo día bendecida también una Imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, que es la que actualmente recibe culto en dicho templo. Según cuenta el P. Gaspar Munar —y citando sus palabras, Juan Vidal en su libro sobre la parroquia—, la talla fue donada por un tío materno del Obispo de Menorca, Mons. Bartolomé Pascual Marroig (1875-1967), habiendo sido rescatada del derruido convento de San Francisco de Paula intramuros. Aunque no se cita su nombre, creemos que esta persona pudo ser Bartolomé Marroig Mesquida, quien dedicó tiempo a rescatar restos de los conventos derruidos por la Desamortización, y gracias a quien se creó la Colección Marroig de cerámicas.
Por tanto,
desde 1885 en que se recuperó en la barriada de La Soledad el culto a dicha
advocación —recordando la dedicación originaria de los Mínimos a su Patrona—,
se mantuvo de alguna manera la doble devoción a una Imagen de la Virgen de la
Soledad: una en el oratorio de Miñonas, y otra en aquella nueva
parroquia. Según las fuentes consultadas, ambas procedían del extinto convento
de San Francisco intramuros. Si bien, no queda claro cuál era la
protagonista del Viernes Santo y cuál la Imagen secundaria de aquel convento. Aunque
sospechamos que pudiera ser principal la de Miñonas, ya que es a donde también
fue a parar el retablo mayor y cuadro de Mesquida que cubría el nicho donde
estaba la Virgen en San Francisco.
Desaparecido oratorio de Miñonas. Fuente: 'La beneficència i l’assistència social
a Mallorca en el marc de l’Estat liberal (1820-1930)' |
A día de
hoy, nada se sabe del paradero de aquella Virgen ni del cuadro de Mesquida que,
según el itinerario que nos trazan las fuentes, provenían del desamortizado
convento de San Francisco. El antiguo retablo de la Virgen, obra como se ha
dicho de Joan Deyà y que se trasladó a Miñonas por el derribo de San
Francisco, creemos que pudo desmontarse cuando —según el diario La Almudaina
de 28 de abril de 1900—, se inauguró uno nuevo para el altar mayor del citado
oratorio de niñas huérfanas.
Antigua casa de Can Chacón en Palma (hoy sede de la Conselleria de Asuntos Sociales del Govern Balear) Fuente: Google Maps |
5.
La
cofradía penitencial de Palma
A raíz del
culto a Virgen de la Soledad —ya asentado en la barriada y parroquia palmesana
del mismo nombre desde finales del s. XIX— nace en 1957 la actual cofradía
penitencial fundada como Hermandad Obrera de Ntra. Sra. de la Soledad. Participó
por primera vez en Semana Santa, en la Procesión de la Oración del Lunes
Santo de ese mismo año, encabezando el cortejo que salía desde la iglesia de
los frailes Capuchinos de Palma. En aquella primera procesión ya los acompaña
la Imagen de la Virgen Titular de su parroquia, que era portada sobre un
pequeño tabernáculo por cuatro cofrades.
Según noticia en diario Baleares, el 16 de marzo de 1958 D. Juan Enseñat
—canónigo chantre de la Seu— bendice en la parroquia de la Soledad el
estandarte de la cofradía en nombre del Sr. Obispo. Fueron padrinos del acto D.
Francisco Obrador y Dña. Margarita Gamarra —hija del secretario del Comité de
Semana Santa de Palma.
Antigua Imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, titular
de la parroquia del mismo nombre. |
Durante algunos años la cofradía organizaba la procesión de la Soledad por aquel barrio en la tarde del Viernes Santo. Pero en 1980 y tras acuerdo con el Comité de Semana Santa, dejó de celebrarse para integrarse ese día en una procesión conjunta general. Actualmente y desde el año 2003, la cofradía organiza, junto a la Cofradía Santa Mónica de Palma, una procesión cada Miércoles Santo llamada Camino de Getsemaní —como el Paso de esta última—, que recorre las calles de las barriadas de la Soledad y Els Hostalets.
En 1994 y con el fin de preservar la Imagen de la Titular de la parroquia, se sustituye por una nueva talla de candelero, obra del escultor murciano José Hernández Navarro, que es la que acompaña a la cofradía desde entonces en las procesiones de Semana Santa. De esta forma, la Titular —que como se ha dicho proviene del desaparecido convento de San Francisco de Paula— ya solo participa de una procesión por el interior del templo parroquial en su festividad anual que se celebra tradicionalmente cada 15 de septiembre. El resto del año está expuesta a culto en su camarín, junto a un bello cuadro de la Soledad orando al pie de la cruz.
Esta Imagen puede que sea el último recuerdo que nos queda en Palma de la llegada y presencia en nuestra ciudad de aquellos frailes Mínimos, impulsores de la devoción a la Virgen de la Soledad.
Juan Soria Charneco - Grup Vexil·la
BIBLIOGRAFÍA:
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VIDAL
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